domingo, 5 de diciembre de 2010

Aguante el transporte público

No termino de entender porqué el 113 si me lo tomo de Belgrano para Flores viene rápido, pero si me lo tomo de Flores para Belgrano, tengo que clavarme media hora en la parada. Es algo que me desespera. Creo que es por una cuestión de cercanía de terminales, y que a esa altura de Flores está la bendita vía por la cual pasan catorce trenes por minuto. Lo mejor es que, obviamente, cuando llega después de tanto tiempo, viene hasta las tetas -además porque suelo tomarlo en horario pico-. Con lo cual me subo y tengo que hacer malabares con el trombón-que no es nada discreto-,además de tratar de no irme a la mierda cada vez que el colectivo frena con esa sutileza que los caracteriza. Sumémosle también que estos días hace un calor encantador y te pega el solcito de lleno en la jeta.

O sea, termino con una irritación importante, transpirada como un cerdo y agotada por el esfuerzo del equilibrio. Son esas tardes en las que me encanta Buenos Aires.

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