miércoles, 27 de abril de 2011

Un viaje único

¿Qué notable no? Estamos siendo testigos de un cambio increible, impresionante, hasta abrumador diría...SE PUEDE PAGAR EL BONDI CON TARJETA MAGNÉTICA. Y cada vez en más colectivos. Es impactante, en serio, me siento en un país pionero en avances tecnológicos. O sea, no sólo podemos pagar con una tarjetita de carton tipo subtepass, no, TARJETA MAGNÉTICA. Una apoyadita y pronto (y además unificada con el subte, OMG). Pero a la gente todavía le cuesta, la mayoría sigue con las monedas. Yo creo que a la gente le resulta difícil el cambio. Bueno, es lógico, años y años dale que dale con la monedita, que tenías que andar como si fueras a suicidarte, llevando 80 monedas encima que te hacían peso (seguramente mucha gente se volvió más baja o se hernió a raíz de esto), que ahora parece irreal poder pagar con tarjeta. Te da un poco de miedo. A la gente le da aprensión la tencología a veces. Pero es cuestión de una vez...llega ese momento en que te toca, sí, te subís al bondi y la ves...la maquinita que lee la tarjeta, ves que le titila la luz...sí, anda.Hoy es el día. Ahí te empezás a poner nervioso, tenías las monedas en la mano pero ¿para qué gastarlas? Entonces empezás a revolver desesperadamente en la mochila, obvio, cuando buscás la billetera siempre está al fondo, abajo de todo. Ahí está, la encontrás...mirás con temor, todavía no te decidís del todo, "¿y si la rompo?¿y si no me la lee?¿le tengo que decir al conductor que voy a pagar con tarjeta o me paro ahí con la tarjeta en la mano para que me vea?"...por suerte alguien antes que vos ya tiene más cancha y paga, "1, 25", apoya la tarjeta, hace un piiiiiiiii y listo. "Ah, bueno, sí, parece posible, tengo que poder". Llega tu momento, te transpiran un poco las manos, te sale un tímido "1.25", casi inaudible y apoyás, muy despacito, la tarjeta, pensando que seguramente algo va a fallar. Pero no. ¡¡¡NO!!!¡Anda a la perfección! Casi que te emocionás, querés compartirlo con alguien...sí, ¡pagaste el bondi con tarjeta!

Te sentás con una sonrisita de satisfacción, de winner, y guardás las benditas monedas de una vez.

viernes, 22 de abril de 2011

Seguimiento

Llegué a la conclusión en estos días de que esta es la mejor época para cursar. ¿Por qué? Porque no hace ni un frío excesivo ni un calor agobiante. Todos los que cursamos en sociales sabemos que es horrible cursar con calor, a los 10 minutos de clase te sentís una babosa pegoteada (más porque ya traés el calor encima del viaje, oh sí, qué encantador es viajar en subte en verano todo apretujado). En invierno en cambio, a los diez minutos te sentís un muerto, con los dedos de los pies entumecidos y el cerebro yendo por el mismo camino. Pero el otoño es una bendición, si tenés un poco de frío te ponés un buzo y estás -cosa que de nada sirve en invierno, por más que te abrigues te congelás igual*- y si estás en remera muuuucho calor no vas a tener, menos ahora que tenemos aulas con ventanas. Porque el asunto es que unas semanas atrás, que hizo bastante calor, pusimos el aire. Y les cuento, no, no son de utilería, pero no sirven para nada. Nadie se daba cuenta de si, efectivamente, tiraba un airecito frío casi imperceptible o directamente tiraba aire caliente. Insoportable. Las únicas aulas en que no estabas al borde de la deshidratación por transpiración eran en las del subsuelo, que ahí el aire anda piola.
Como todavía no llegamos al invierno no se qué ocurrirá con la calefacción.


Por otra parte, el martes repusieron papel y jabón, y yo no estaba. El miércoles fui y en los baños a los que entré ya no había -creo que en el subsuelo es probable que hubiera, porque va menos gente-. Conclusión: la facultad tiene un problema conmigo.




*he ido a cursar con medias largas y, a su vez, medias cortas encima y botas y aún así no sentía los pies. Es más, una vez me compré medias térmicas para un viaje y le dije a la vendedora: "¡las voy a poder usar para la facultad!"

Los efectos secundarios del PJN

Esta semana pasó algo atípico en mi trabajo. Bueno, en realidad en el Poder Judicial ya me parece que no es muy atípico, ocurre con más frecuencia de lo que uno creería. Lo cual nos hace plantearnos cómo algo podría salir bien en la justicia.
Una empleada de mesa de entradas enloqueció. Parece que hace rato venía derrapando y ahora llegó al límite. Apareció descalza diciendo que la perseguía la mafia china. Sí, la mafia china. Obviamente se la llevaron arrastrándola mientras gritaba.

Y después pretendemos que las causas avancen. Gente, no le pidan peras al olmo.

miércoles, 6 de abril de 2011

Dudas existenciales de la mañana

Hablando con la sardina se me planteó cómo harán los pandas. Quiero decir, ¿hacen algún sonido? Por ejemplo los chanchos tienen su onomatopeya oink, y también uno puede imitarlos sonoramente de una forma que no se cómo describir acá. No se me ocurre cómo sería la onomatopeya de un panda, supongo que principalmente porque no tengo idea de qué sonidos hacen. Jamás escuché un panda.

La sardina dice que efectivamente no está onomatopeyizado (me costó escribirlo eh) el ruido del panda.

En fin, nadie piensa en los pandas. Discriminación.

sábado, 2 de abril de 2011

Momentos denigrantes en la vida de una persona

-Hacerse un pap

-Hacerse una ecografía transvaginal

-Hacerse la tira de cola