viernes, 10 de diciembre de 2010

¡Que viva el apretuje!

Me dí cuenta hoy -bah, en realidad ya lo había pensado pero cada vez que se repite me doy cuenta de lo maravilloso que es- que el colectivo, en algunas oportunidades, suscita solidaridades. ¿Cómo es ésto? Supongo que a cualquier habitante de la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores le ha pasado subirse en un bondi que viene hasta la manija. Y en esas ocasiones a veces ocurre algo, si me permiten, mágico -y gracioso a la vez-. Te pasa que, obviamente, no podés llegar hasta la maquinita. Y entonces, la persona que está más cerca a ella se ofrece a sacar el boleto por vos. Y he aquí el momento mágico, vos le das la plata, el/ella te da el boleto ¡y voilá! y todo eso con tono risueño porque, claro, es simpática la situación. Pero lo que me parece aún mejor es cuando hay varias personas entre vos y la máquina porque ahí sí que hay trabajo en equipo: le das las monedas a uno, ese se la da a otro, ese a otro y así llegan al encargado de sacar los boletos, que da el boleto al otro, el otro al otro y el otro a vos.
Ese gran momento contraresta la odiosa situación de estar toda apretada entre gente desconocida -que además te empuja para poder bajar, ya que no puede evitarse- y pensando "en cualquier momento le vomito la cabeza a alguien, en cualquier momento le vomito la cabeza a alguien, en cualquier momento le vomito la cabeza a alguien..." Después llega la hora de bajarse, te da el airecito en la cara y te quedás con el pensamiento de que viajar asardinado es feo pero, en definitiva, nos vuelve mas solidarios y colaborativos.

1 comentario:

  1. Sabés que siempre pienso en esto? Que bueno que lo hayas volcado en el blog, te cuento; siempre me ubico en ese lugar estratégico, es decir, frente a la maquinita de las monedas, para q todo aquel que vaya a sacar la moneda se vea obligado a "interactuar" conmigo, esto no es lo más lindo, sino que NUNCA falta esa hermosa piba, semidormida y molesta por el apretuje, que te pide dulcemente que le saques el boleto. Como mucho sólo voy a poder rozarle un dedo y ella no me va a dar más que una sorisa de agradecimiento, y quizá jamás la vuelva a cruzar, pero resulta tan... cuál es la palabra? sensacional, si , sensacional(lo digo suspirando), que esos 10 minutos apretada contra la maquinita, se vuelvan sutilmente exitantes.

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