lunes, 13 de diciembre de 2010

Un poco para pensar y pensarnos.

Hoy toca un poco de seriedad, un poco porque a veces tiene que pasar y otro poco porque hay cosas que creo no pueden dejarse de lado. Fueron días complicados, de conflicto, murió gente. Eso nunca puede pasar inadvertido. Ayer hablábamos con mi compañero de casa, Julián, que cuando murió Mariano todos sabíamos quién era Mariano, qué hacía, qué estudiaba. También siempre sabemos quiénes son los muertos de la "inseguridad". Lo que está perfecto. Pero no sabemos nada de los muertos de Villa Soldati. Pareciera que lo poco que se sabe es que eran inmigrantes -ilegales, nunca falta quien lo enfatice-.
Y lo que me preocupa es que la movilización ciudadana a veces se da sólo cuando se trata de defenderse en contra de otros. Porque los vecinos de Villa Soldati salen a defender el parque público, que aclaremos está en condiciones que distan mucho de ser aceptables y que casi nadie utiliza, pero pareciera que nadie sale a defender la salud pública. O quisiera ver si aquellos que hoy -más allá de los vecinos- hablan de que es un parque público, que no puede oKuparse, salieron a defender la educación pública. La educación y salud públicas hace mucho fueron oKupadas por los intereses capitalistas, hace mucho son bastardeadas, dejadas de lado adrede, porque a nadie el sirve un pueblo pensante y en buenas condiciones, que puede elegir concientemente a sus representantes. Por esas cosas, la gente que se indigna por la oKupación del Parque, no se indigna. Por estas cosas, esta gente se indigna porque se cortan calles para defenderlas.
Tampoco se indignan cuando la gente se muere de hambre. No salen a luchar por eso.
Nadie piensa en cuánto se invierte en tener fuerzas represivas y cuánto en mantener nuestra educación y salud.

Hoy lo que pienso es que siempre importa más la propiedad, importa más eso que ser solidarios con nuestros compañeros latinoamericanos que están en mayor necesidad que nosotros. Si yo tengo mi casa y mis cosas, ¿por qué no ofrecerles un espacio a ellos?¿Y si un día necesitáramos lo mismo? Y aunque nunca lo hagamos, igual debiéramos ponernos en el lugar de quien está peor.
Dejemos de lado los prejuicios, dejemos de lado el individualismo, abrámonos a una versión superada de esta sociedad. Aquella en la que estemos unidos.

No, no vale más un parque que una vida.

viernes, 10 de diciembre de 2010

del ayer y ninguna cosa mas

como caminar descalza sobre vidrios un día cualquiera de la semana. Después el calor inmenso duna tarde en el 33 .El colectivo 33.Gran recorrido Retiro -Almirante.Mas que transpirada, era la laguna de chscomus!.En fin el calor me dio sueño y por suerte conseguí asiento. Me dormí , soñé con vos,lo que dijiste.¿PORQUE TAN EXTREMISTA? porque soy así. Esta mal querer todo parece.No se. Mil cosas no se. Pero una si y eso basta.
Estoy en la categoría de novelera tal vez.Que mas da. Me da igual como me vean los demás. Me interesa que no debas disgustarte. Otra vez pienso en lo que me decís. ¿Y que se supone que debo hacer? Si eres lo que ya sabes para mi.Si eres lo que nadie y jamas serán. No me importa entonces si tengo que morir o matarte. ¿Me comprendes? Pienso que no. Eres mi amor y solo se quererte así. Amor de novela.Terrible realidad cuando no estoy contigo.
Vives en medio de la ciudad y yo en un lugar que no conoce nadie. Salir,escapar,rezar porque me mires. Acá estoy. Acá estuve siempre esperando que suceda el milagro. Sucedió. Mantengamoslo.

¡Que viva el apretuje!

Me dí cuenta hoy -bah, en realidad ya lo había pensado pero cada vez que se repite me doy cuenta de lo maravilloso que es- que el colectivo, en algunas oportunidades, suscita solidaridades. ¿Cómo es ésto? Supongo que a cualquier habitante de la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores le ha pasado subirse en un bondi que viene hasta la manija. Y en esas ocasiones a veces ocurre algo, si me permiten, mágico -y gracioso a la vez-. Te pasa que, obviamente, no podés llegar hasta la maquinita. Y entonces, la persona que está más cerca a ella se ofrece a sacar el boleto por vos. Y he aquí el momento mágico, vos le das la plata, el/ella te da el boleto ¡y voilá! y todo eso con tono risueño porque, claro, es simpática la situación. Pero lo que me parece aún mejor es cuando hay varias personas entre vos y la máquina porque ahí sí que hay trabajo en equipo: le das las monedas a uno, ese se la da a otro, ese a otro y así llegan al encargado de sacar los boletos, que da el boleto al otro, el otro al otro y el otro a vos.
Ese gran momento contraresta la odiosa situación de estar toda apretada entre gente desconocida -que además te empuja para poder bajar, ya que no puede evitarse- y pensando "en cualquier momento le vomito la cabeza a alguien, en cualquier momento le vomito la cabeza a alguien, en cualquier momento le vomito la cabeza a alguien..." Después llega la hora de bajarse, te da el airecito en la cara y te quedás con el pensamiento de que viajar asardinado es feo pero, en definitiva, nos vuelve mas solidarios y colaborativos.

Patologías

La ciclotimia es un trastorno del humor considerado una forma suave de trastorno bipolar. Está definido en el espectro bipolar. Específicamente, este trastorno es una forma suave de trastorno bipolar tipo I, consistente en alteraciones recurrentes del humor entre la hipomanía y el humor distímico. Un solo episodio es suficiente para diagnosticar trastorno ciclotímico; sin embargo, la mayoría de personas tienen asimismo periodos distímicos o de distimia. Nunca se hace diagnóstico de trastorno ciclotímico cuando hay historial de manía o episodios mixtos o de depresión mayor. El trastorno ciclotímico prevalece en 0,4-1% de los casos. La tasa parece igual en hombres o mujeres, aunque las mujeres buscan tratamiento más a menudo.

La distimia, también llamada trastorno distímico, es un trastorno afectivo crónico de carácter depresivo leve, caracterizado por la baja autoestima y aparición de un estado de ánimo melancólico, triste y apesadumbrado, pero que no cumple con todos los patrones diagnósticos de la depresión, se cree que su origen es de tipo genetico-hereditario y que en su desarrollo influirían factores psicosociales como el desarraigo, la falta de estímulos y premios en la infancia, entre otras causas.

La hipomanía (literalmente "debajo de la manía") es un estado afectivo caracterizado por un ánimo persistentemente alzado, expansivo, hiperactivo y/o irritable, como también por pensamientos y comportamientos consecuentes a ese ánimo que se distingue de un estado de ánimo normal. Los individuos en estado hipomaníaco tienen menos necesidad de dormir y descansar, son extremadamente extrovertidos y competitivos y tienen una enorme cantidad de energía.

martes, 7 de diciembre de 2010

Cotidianidades o cotidianeidades

(se supone que ambas formas están aceptadas)

Hoy me puse a meditar sobre cuál es la actitud correcta a adoptar frente a una persona que te conoce-y te habla- pero vos no sabés quién corno es. Seguramente a todos les ha pasado pero a mí me pasa unas diez veces a la semana -aclaro que muchas veces son personas repetidas, o sea, la misma persona en situaciones distintas. Sí, soy rebuscada para expresarme-. Ésto porque trabajo en un lugar donde mi señor padre solía trabajar -y lo hizo por 20 años-. Entonces claro, hay mcuha gente que me conoce de cuando venía en vacaciones acá algún día, o cuando faltaba al colegio.
Mi actitud es básicamente la siguiente: hacerme la boluda. Como si tuviera clarísimo de qué se trata. Me parece irrelevante averigüar quién es la persona que manda saludos para mi papá. Es decir, cada dos por tres me encuentro en la situación de bajar o subir en el ascensor, que entre algún ser y me diga: "¿y tu papá cómo está? A lo cual le corresponde siempre la misma respuesta ambigüa: "Bien, sí, sí, tranquilo...". A lo que sigue el indefectible: "bueno, mandale saludos". Y hete aquí el problema, ¿cómo le mando los saludos?. Y siempre termina en lo mismo. Cuando me acuerdo-porque además mi cerebro se niega a registrar saludos de desconocidos, ya le cuesta con los conocidos...-, termino diciendo algo como: "che pá, te mandó saludos un flaquito del sexto...no, no sé cómo se llama, no sé, uno alto...rubiecito, un pibe joven..."
Obviamente que mi viejo ni puta idea de a quién mierda me refiero.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Aguante el transporte público

No termino de entender porqué el 113 si me lo tomo de Belgrano para Flores viene rápido, pero si me lo tomo de Flores para Belgrano, tengo que clavarme media hora en la parada. Es algo que me desespera. Creo que es por una cuestión de cercanía de terminales, y que a esa altura de Flores está la bendita vía por la cual pasan catorce trenes por minuto. Lo mejor es que, obviamente, cuando llega después de tanto tiempo, viene hasta las tetas -además porque suelo tomarlo en horario pico-. Con lo cual me subo y tengo que hacer malabares con el trombón-que no es nada discreto-,además de tratar de no irme a la mierda cada vez que el colectivo frena con esa sutileza que los caracteriza. Sumémosle también que estos días hace un calor encantador y te pega el solcito de lleno en la jeta.

O sea, termino con una irritación importante, transpirada como un cerdo y agotada por el esfuerzo del equilibrio. Son esas tardes en las que me encanta Buenos Aires.