Pasaron unos días, sí, pero no por eso el tema deja de tener vigencia. Desde el martes a la noche no pude sentarme detenidamente a escribir algo sobre todo lo que pasó. Pero más vale tarde que nunca. Hoy escribo con seriedad, hoy escribo de algo que no tiene ni una veta que me permita hablar con sorna.
Esta semana fue de luto para los que todavía tenemos un poco de humanidad. Para, por suerte, un gran porcentaje de la población fue algo emocionalmente duro. A la mayoría no nos tocó de cerca porque, gracias a esas cosas del destino, no tenemos familiares secuestradas. Pero el dolor se siente igual. El dolor de ver que en nuestro país desaparecen chicas para ser obligadas a prostituirse, a drogarse y quién sabe cuántas cosas más. Es terrible. Es terrible que hoy en día la esclavitud siga existiendo. No aprendimos nada. Nada. Tenemos redes enmarañadas de poder que permiten que tal cosa funcione con total impunidad. Policías, jueces, políticos cómplices o directamente involucrados. Todo ocurre bajo su mirada. Los proxenetas son protegidos. Proxenetas que un día deciden que una persona no merece ser libre y disfrutar su vida y la secuestran para disponer de ella. Este negocio asqueroso es lo más bajo que puede existir. Ni siquiera tengo palabras para definirlo. No puedo concebir tal nivel de sadismo y repugnancia. Y hay gente que lo consume. Hay gente que sabe que está violando a chicas (chicas que van desde los doce años) y no le importa.
Tenemos una justicia cómplice que este martes a la noche mostró que fuimos unos imbéciles en tener una mínima confianza. Fue como un escupitajo en la cara. Diez años de lucha de una mujer por encontrar su hija. Una mujer que dio todo, que dejó su alma y la deja día a día en una búsqueda incansable por respuestas. Una mujer que en su lucha liberó muchas mujeres que habían sido arrancadas de su hogar. Todo para nada. Todo para que diez años después le digan que no hay prueba suficiente para encarcelar a la línea más baja de responsabilidades (porque no nos olvidemos que los imputados eran los más giles, la cosa va mucho más arriba, a esos que nunca toca nadie). Ni un día, ni un día de cárcel para ninguno. Ahí están, como si no fueran responsables de nada. Si en diez años no se pudo encontrar UNA cosa suficiente, UN responsable, ni UNO, las cosas están muy mal. Ningún testigo sirve, ningún testimonio alcanza, ni toda la policía y funcionarios del mundo son suficientes para encontrar culpables. Nada. La nada misma. Sinceramente admiro con profundidad la lucha de esta madre, que pese a este cachetazo con olor a podredumbre, sigue teniendo esperanzas, sigue reclamando, y sigue haciendo lo mejor que puede hacer, insistir.
Ese martes todos nos fuimos a dormir con un gusto amargo en la boca y nos despertamos descorazonados.Pero eso sí, con una certeza. En esto todos estamos juntos para apoyar la lucha de ésta y tantas otras madres. Eso fue lo único positivo, que surgió una necesidad social de repudiar tan vergonzoso fallo. Que sentimos la necesidad de mostrar de alguna manera que nosotros no queremos seguir pasando por estúpidos, que queremos un Estado presente, que desarticule de una vez por todas esta vergüenza nacional que es la trata de personas. Que queremos tener una policía que no sea una mafia, o no tenerla del todo y punto. Que queremos políticos y funcionarios honestos, que no se dejen comprar ni con todos los millones que puede dar la mierda de negocio que es esto.
Queremos que dejen de desaparecer personas. Queremos justicia. Queremos terminar con la impunidad. Queremos que no haya una sola madre más que tenga que pasar por el calvario que está pasando Susana Trimarco. Queremos que ninguna chica pase por lo que habrá pasado Marita Verón. Queremos ser libres. Queremos ser respetados. Queremos ser.
sábado, 15 de diciembre de 2012
viernes, 30 de noviembre de 2012
Como para no perder la costumbre
Yo en una época pensaba que mi torpeza podía ser un defecto superable. En los últimos meses descubrí que lo mío no tiene vuelta atrás, siempre voy a ser un ser sumamente ridículo. Repasemos los hechos destacables del último tiempo para fundamentar mi tesis. Todas las situaciones ocurrieron en mi oficina, desde ya.
-toma 1: se me cae la birome. Digo "uy que fiaca levantarme de la silla para agacharme a agarrarla". Solución: estirarme desde la silla hacia el piso para levantarla. Nótese, era una silla con rueditas. Conclusión: en pleno esfuerzo la silla se corre para atrás y me caigo al piso. Obviamente un compañero me vio.
-toma 2: un compañero me regala un café, o sea, vasito de plástico en mi escritorio. CRASO ERROR. Obviamente, en un momento me levanto enfáticamente y agarro algo. En ese movimiento vuelco todo el café encima mío, esto es, en mi remera blanca y en mis pantalones (oscuros, por suerte). Por supuesto que esto fue a la mañana por lo que me esperaba un día completo de tener la ropa sucia. Para peor, fue un jueves, día que curso hasta las nueve (voy a la facultad directo desde el trabajo). El efecto colateral, además, fue tener que estar todo el día con suetercito para que no se viera la tremenda mancha marrón en mi remera.
-toma 3: jueves otra vez. Me dije "esta vez minga que me pasa lo mismo" y tuve un cuidado excesivo con mi café. Pero claro, no contaba con mi pelotudez nata. Estoy almorzando en mi escritorio y no me percato de que el plato queda un poco fuera del escritorio. Pasó lo obvio, hice presión del lado que no estaba apoyado y el plato cayó encima de mi remera y pantalón. Otra vez remera blanca, sí. Es necesario destacar que recién empezaba a comer, por lo tanto el plato estaba lleno y encima era bife con tomate. Esta vez era insalvable asique tuve que volver a casa a cambiarme para poder ir a la facultad. Fue uno de esos momentos en los que te das cuenta que perdiste la poca, mínima, dignidad que aún te quedaba.
Lo positivo fue que de las situaciones dos y tres no hubo testigos, milagrosamente en esos momentos había poca gente o nadie estaba atento.
Por supuesto que el jueves siguiente, completamente resignada frente a mi discapacidad motriz, decidí llevar una remera de repuesto para cambiarme. Ni necesito decir que ese día no me pasó nada ¿no?
-toma 1: se me cae la birome. Digo "uy que fiaca levantarme de la silla para agacharme a agarrarla". Solución: estirarme desde la silla hacia el piso para levantarla. Nótese, era una silla con rueditas. Conclusión: en pleno esfuerzo la silla se corre para atrás y me caigo al piso. Obviamente un compañero me vio.
-toma 2: un compañero me regala un café, o sea, vasito de plástico en mi escritorio. CRASO ERROR. Obviamente, en un momento me levanto enfáticamente y agarro algo. En ese movimiento vuelco todo el café encima mío, esto es, en mi remera blanca y en mis pantalones (oscuros, por suerte). Por supuesto que esto fue a la mañana por lo que me esperaba un día completo de tener la ropa sucia. Para peor, fue un jueves, día que curso hasta las nueve (voy a la facultad directo desde el trabajo). El efecto colateral, además, fue tener que estar todo el día con suetercito para que no se viera la tremenda mancha marrón en mi remera.
-toma 3: jueves otra vez. Me dije "esta vez minga que me pasa lo mismo" y tuve un cuidado excesivo con mi café. Pero claro, no contaba con mi pelotudez nata. Estoy almorzando en mi escritorio y no me percato de que el plato queda un poco fuera del escritorio. Pasó lo obvio, hice presión del lado que no estaba apoyado y el plato cayó encima de mi remera y pantalón. Otra vez remera blanca, sí. Es necesario destacar que recién empezaba a comer, por lo tanto el plato estaba lleno y encima era bife con tomate. Esta vez era insalvable asique tuve que volver a casa a cambiarme para poder ir a la facultad. Fue uno de esos momentos en los que te das cuenta que perdiste la poca, mínima, dignidad que aún te quedaba.
Lo positivo fue que de las situaciones dos y tres no hubo testigos, milagrosamente en esos momentos había poca gente o nadie estaba atento.
Por supuesto que el jueves siguiente, completamente resignada frente a mi discapacidad motriz, decidí llevar una remera de repuesto para cambiarme. Ni necesito decir que ese día no me pasó nada ¿no?
viernes, 5 de octubre de 2012
Hola ridiculez
El viernes pasado fui a la psicóloga después de dos años. Era de esperarse que no iba a ser una sesión normal, de persona coherente. También hubo cuestiones ambientales que colaboraron con mi ridiculez y torpeza nata para generar una situación absurda, como casi todas las que me involucran.
A la mitad de la sesión se empiezan a escuchar maullidos. Los primeros los ignoramos, pero siguieron. Como era ineludible, le digo a mi psicóloga:
-¿Ese gato es tuyo?-. Me dice:
-Sí, no sé que le pasa, nunca se pone así-. Como seguía, no quedó otra que irla a buscar. Sale una gatita blanca, hermosa. Le pregunto:
-¿Cuánto tiene?. -
-No, como cinco años pero se ve como que como la castré de muy chiquita quedó enana.-
Bueno, la cosa siguió normal, con la gata dando vueltas. En eso, estoy jugando con uno de mis anillos, como siempre, y se me cae al piso. Automáticamente pensé "por favor que no se haya ido debajo del sillón", porque ahí era donde estaba sentada. Obviamente, sí, con esa puntería que me caracteriza para la cagada, el anillo había caído debajo. Se ve que Romina me vio la cara, porque me dijo:
-No me digas que se te cayó debajo del sillón-
-Desgraciadamente, sí.-
Secuencia siguiente, yo agachada mirando debajo del sillón y Romina al lado.
-Ya lo vi, pero no alcanzo a agarrarlo.-
Como estaba cerca del extremo, Romina se pone a correr el sillón. Sí, primera sesión después de dos años y mis psicóloga se tiene que poner a correr un mueble porque a la boluda de su paciente se le cayó un anillo. Finalmente conseguimos agarrarlo. Pero ahí no terminaba la cosa, Romina corre el sillón de nuevo con la mala suerte de que la gata se había metido detrás y la aplastó. Nada grave, pero la gata chilló y salió rajando. Seguimos la sesión.
Al rato, la gata quiso salir al balcón y empezó a golpear el vidrio con la patita, así unos minutos hasta que, resignada, Romina se levantó a abrirle para poder hablar los diez minutos que nos quedaban de sesión.
A la mitad de la sesión se empiezan a escuchar maullidos. Los primeros los ignoramos, pero siguieron. Como era ineludible, le digo a mi psicóloga:
-¿Ese gato es tuyo?-. Me dice:
-Sí, no sé que le pasa, nunca se pone así-. Como seguía, no quedó otra que irla a buscar. Sale una gatita blanca, hermosa. Le pregunto:
-¿Cuánto tiene?. -
-No, como cinco años pero se ve como que como la castré de muy chiquita quedó enana.-
Bueno, la cosa siguió normal, con la gata dando vueltas. En eso, estoy jugando con uno de mis anillos, como siempre, y se me cae al piso. Automáticamente pensé "por favor que no se haya ido debajo del sillón", porque ahí era donde estaba sentada. Obviamente, sí, con esa puntería que me caracteriza para la cagada, el anillo había caído debajo. Se ve que Romina me vio la cara, porque me dijo:
-No me digas que se te cayó debajo del sillón-
-Desgraciadamente, sí.-
Secuencia siguiente, yo agachada mirando debajo del sillón y Romina al lado.
-Ya lo vi, pero no alcanzo a agarrarlo.-
Como estaba cerca del extremo, Romina se pone a correr el sillón. Sí, primera sesión después de dos años y mis psicóloga se tiene que poner a correr un mueble porque a la boluda de su paciente se le cayó un anillo. Finalmente conseguimos agarrarlo. Pero ahí no terminaba la cosa, Romina corre el sillón de nuevo con la mala suerte de que la gata se había metido detrás y la aplastó. Nada grave, pero la gata chilló y salió rajando. Seguimos la sesión.
Al rato, la gata quiso salir al balcón y empezó a golpear el vidrio con la patita, así unos minutos hasta que, resignada, Romina se levantó a abrirle para poder hablar los diez minutos que nos quedaban de sesión.
lunes, 20 de agosto de 2012
Escritura 2.0
Si la tecnología no me supera (cosa harto probable) hoy voy a inagurar la posibilidad de postear en mi blog desde mi súper fashion celular (?). Hoy bajé esta linda aplicación que me permite ingresar a mi blog tan fácil como al tuiter. Como verán no tengo absolutamente nada relevante que postear, prometo mejorar para la próxima actualización.
martes, 7 de agosto de 2012
Loser like me
Ser loser es ineludible para algunos. O ser un aparato, lo que para mí es lo más parecido a loser en criollo. Porque perdedor no sé, tiene otra connotación. Imaginate una vida de eso, o sea, de sentirte una aparata total. Ya es algo que se lleva dentro, pero puede potenciarse por factores externos, que tal vez puedan parecer banales pero colaboran a la totalidad. Ejemplos: zapatos ortopédicos, anteojos, aparatos (o brackets). Ahora imaginate anteojos y aparatos, todo junto, a tus veintitrés. Oh sí, mandá corky al 2020 y recibí una foto de Lucía en tu celular!. Y tampoco es que mi aspecto de nerd sea coherente con el desempeño académico. Sí, me va bien, pero estoy lejos de ser una nerd con todas las letras. Mis nueves y diez son escasos. Lo más de nerd que tengo es mi obsesión gramsciana.
Ojo al piojo, uno pensaría que, por ejemplo, si te ponés en pareja ya no sos tan loser. No no, seguís siendo un loser pero en pareja, tal vez un poco matizado, pero en el fondo uno sabe que aunque haya tenido sus momentos de winner, sus levantes interesantes, siempre, siempre, va a ser un goma que le gustan los dinosaurios y se desespera por ver la última de Batman.
Ojo al piojo, uno pensaría que, por ejemplo, si te ponés en pareja ya no sos tan loser. No no, seguís siendo un loser pero en pareja, tal vez un poco matizado, pero en el fondo uno sabe que aunque haya tenido sus momentos de winner, sus levantes interesantes, siempre, siempre, va a ser un goma que le gustan los dinosaurios y se desespera por ver la última de Batman.
domingo, 27 de mayo de 2012
La publicidad y nosotras
Calculo que nadie va a leer este post, como me imagino que cada vez menos gente va a leer cualquier post porque asumo que cada vez menos gente va a leer blogs. Supongo que en breves sólo se leerán tweets que, claro, son más breves y dinámicos. Y el que todavía mantiene esta ya arcaica práctica del blog seguramente está más interesado en escribir el suyo que en leer ajenos. También sé que seguramente algunos blogs sí son leidos y comentados pero ya estoy resignándome a que jamás va a ser el caso del mío. Será que soy un alma incomprendida o que sencillamente soy menos interesante y original de lo que creo. Pero lo mismo lo voy a seguir escribiendo, al menos hasta que alguna editorial copada publique algún libro mío (cosa que, si sucede, es probable que esté muy lejana, no voy a pecar de ególatra), porque siempre me caractericé por una cosa: mi perseverancia. Y acá estoy, perseverando, porque en el fondo escribir, aunque nadie me lea, me hace feliz. Qué se le va a hacer.
Después de esta reflexión, paso al tema que me compete, es decir, el machismo en las publicidades. Me doy cuenta que con este post voy a quedar como torta resentida/feminista loca/mini Violencia Rivas pero la verdad que me pone un poco frenética la insistencia en ciertos estereotipos y la recurrencia temática de algunos creativos. Ojo, en los últimos años hubo (y hay) muchas publicidades que me gustaron y me parecen muy buenas, por tanto, creo que hay muchos creativos que la tienen realmente clara. Otros (o los mismos, quién sabe), no. A ver, no sé si es que no la tienen clara, o sencillamente que son formas y conceptos que venden o siguen indicaciones de las empresas. Seguramente mucho de esto está estudiado y sirve, pero creo que podrían buscar cierta altura en sus productos y tratar de no caer una y otra vez en la misma boludez.
Por un lado tenemos las infaltables publicidades de productos de limpieza. Lo que no entiendo es seguir dirigiéndose al mismo target de la misma forma cuando la sociedad claramente cambió. Es evidente que las mujeres ya no viven para dedicarse el día entero a la casa, que los hogares no están formados de la misma manera, etc. ¿Por qué insisten en mostrarnos como boludas que nos morimos por un jabón en polvo que nos deje la ropa más blanca y por un detergente que que deje los platos menos grasosos?¿Por qué pretenden que los hombres no lavan los platos, no ponene el lavarropas, no cocinan? Si ya sabemos que sí lo hacen. Calculo que a la mayoría de las mujeres de hoy en día no les haría gracia que su pareja pretenda que ella haga todo lo que a tareas del hogar se refiere. Yo por mi parte, lo sacaría cagando.
Por otro lado tenemos la parva de publicidades al estilo Axe, donde las mujeres caen todas rendidas ante algún pánfilo que sólo quiere acostarse con ellas. No quiero explayarme demasiado porque es obvio que todas estas publicidades objetualizan (¿existe la palabra?) a la mujer de una forma de lo más burda. Ni siquiera entiendo bien el sentido de publicidades así, que en definitiva terminan siendo indiferenciables. Repongo ejemplos:
(me gusta la idea del pacman pero sigue estando el concepto de las mujeres hermosas persiguiendo al hombre)
Hay uno que no encuentro que creo era de Santander Rio (que suele tener publicidades que me gustan) que era más sutil en esto de los estereotipos, pero hasta ahí: primero mostraba un hombre regando el pasto que decía algo así como "mi mujer se fue al cine y bueno, acá estoy, regando". O sea, no hay forma de que él porque, claro, es hombre, se ocupe de una tarea tan nimia sino porque su mujer se fue. A continuación o en otro spot, no recuerdo, salían algunas mujeres charlando, una contaba que había ido a la peluquería y blahblah y después decía que se iban a cenar porque tenúian descuento y a hablar de "maridos". Vale decir, las mujeres no tenemos nada más intweresante que hablar que de la peluquería y de los maridos, que evidentemente son el centro de nuestras vidas. Yo entiendo que los estereotipos sirven para comunicar en poco tiempo ideas, que queden claras y peguen. Pero aflojemos un poco con estos estereotipos obvios y que ya cansan y no tienen gracia.
Tampoco se quedan atrás las de toallitas y de productos tipo "Activia" en las cuales ya quedamos como taradas absolutas preocupadas por no mancharnos y como histéricas bipolares que nos ponemos como locas y de malhumor cuando nos viene o cuando estamos con tránsito lento (porque evidentemente todas las mujeres tenemos tránsito lento).
Comparto dos videos de Malena Pichot al respecto y me retiro, gracias totales.
Después de esta reflexión, paso al tema que me compete, es decir, el machismo en las publicidades. Me doy cuenta que con este post voy a quedar como torta resentida/feminista loca/mini Violencia Rivas pero la verdad que me pone un poco frenética la insistencia en ciertos estereotipos y la recurrencia temática de algunos creativos. Ojo, en los últimos años hubo (y hay) muchas publicidades que me gustaron y me parecen muy buenas, por tanto, creo que hay muchos creativos que la tienen realmente clara. Otros (o los mismos, quién sabe), no. A ver, no sé si es que no la tienen clara, o sencillamente que son formas y conceptos que venden o siguen indicaciones de las empresas. Seguramente mucho de esto está estudiado y sirve, pero creo que podrían buscar cierta altura en sus productos y tratar de no caer una y otra vez en la misma boludez.
Por un lado tenemos las infaltables publicidades de productos de limpieza. Lo que no entiendo es seguir dirigiéndose al mismo target de la misma forma cuando la sociedad claramente cambió. Es evidente que las mujeres ya no viven para dedicarse el día entero a la casa, que los hogares no están formados de la misma manera, etc. ¿Por qué insisten en mostrarnos como boludas que nos morimos por un jabón en polvo que nos deje la ropa más blanca y por un detergente que que deje los platos menos grasosos?¿Por qué pretenden que los hombres no lavan los platos, no ponene el lavarropas, no cocinan? Si ya sabemos que sí lo hacen. Calculo que a la mayoría de las mujeres de hoy en día no les haría gracia que su pareja pretenda que ella haga todo lo que a tareas del hogar se refiere. Yo por mi parte, lo sacaría cagando.
Por otro lado tenemos la parva de publicidades al estilo Axe, donde las mujeres caen todas rendidas ante algún pánfilo que sólo quiere acostarse con ellas. No quiero explayarme demasiado porque es obvio que todas estas publicidades objetualizan (¿existe la palabra?) a la mujer de una forma de lo más burda. Ni siquiera entiendo bien el sentido de publicidades así, que en definitiva terminan siendo indiferenciables. Repongo ejemplos:
(me gusta la idea del pacman pero sigue estando el concepto de las mujeres hermosas persiguiendo al hombre)
Hay uno que no encuentro que creo era de Santander Rio (que suele tener publicidades que me gustan) que era más sutil en esto de los estereotipos, pero hasta ahí: primero mostraba un hombre regando el pasto que decía algo así como "mi mujer se fue al cine y bueno, acá estoy, regando". O sea, no hay forma de que él porque, claro, es hombre, se ocupe de una tarea tan nimia sino porque su mujer se fue. A continuación o en otro spot, no recuerdo, salían algunas mujeres charlando, una contaba que había ido a la peluquería y blahblah y después decía que se iban a cenar porque tenúian descuento y a hablar de "maridos". Vale decir, las mujeres no tenemos nada más intweresante que hablar que de la peluquería y de los maridos, que evidentemente son el centro de nuestras vidas. Yo entiendo que los estereotipos sirven para comunicar en poco tiempo ideas, que queden claras y peguen. Pero aflojemos un poco con estos estereotipos obvios y que ya cansan y no tienen gracia.
Tampoco se quedan atrás las de toallitas y de productos tipo "Activia" en las cuales ya quedamos como taradas absolutas preocupadas por no mancharnos y como histéricas bipolares que nos ponemos como locas y de malhumor cuando nos viene o cuando estamos con tránsito lento (porque evidentemente todas las mujeres tenemos tránsito lento).
Comparto dos videos de Malena Pichot al respecto y me retiro, gracias totales.
miércoles, 2 de mayo de 2012
Es DESAGRADABLE
Digo yo, ¿qué necesidad?¿qué necesidad podés tener de decirme algo tan desagradable en la calle? ¿No podés decirme algo un poco más respetuoso que "que chupada de con**/&/(Y78 que te daría"? Digo, ¿no puedo llegar a mi clase de yoga sin tener a un desubicado que me diga eso, cuando encima estoy con la ropa menos sexy posible?¿Hace falta?¿te sentís más hombre? Todas nos preguntamos lo mismo, por eso cito a Malena Pichot que tan bien refleja nuestro sentir en este video. Por favor, señor desagradable, decirme cosas tan ordinarias ni me hace sentir mejor ni te hace más macho. Te hace sencillamente un boludo asqueroso al cual no tocaría ni con un puntero láser.
martes, 24 de abril de 2012
Bendita facultad
Sin lugar a dudas, la facultad a menudo te chupa las energías y la vida. Hace como dos semanas que me digo a mí misma "tengo que actualizar el blog, tengo que actualizar el blog". Pero siempre los cuadernillos logran atraparme entre sus garras. Es más, en varias oportunidades me senté en la compu para escribir, pero terminé enredada en trabajos de publicidad. Creo que lo peor de todo es que, encima, siempre estoy atrasadísima con la facultad. No sé como hago, sinceramente, no lo sé. Con el tiempo aprendí a resignarme a que es materialmente imposible (o al menos eso parece) ir al día con todo. Algo (o varias cosas) se me van a escapar. Más bien van a correr cual chitas enfurecidas en dirección opuesta a mí.
Hoy me decidí, finalmente, a escribir aunque sea un breve y pulgoso post, en descansos entre trabajos. No será una maravilla pero al menos no dejo que el blog siga en coma profundo. O tal vez siga, pero por lo menos le doy ánimo.
Hoy me decidí, finalmente, a escribir aunque sea un breve y pulgoso post, en descansos entre trabajos. No será una maravilla pero al menos no dejo que el blog siga en coma profundo. O tal vez siga, pero por lo menos le doy ánimo.
miércoles, 14 de marzo de 2012
La pelotudez humana
Más Violencia Rivas que nunca
Hoy vino el nieto de una compañera de trabajo. La abuela (o sea, mi compañera) es un ser muy, muy, MUY pesado (y aclaro que esto es opinión del 90% de la oficina). Es de esas personas, como ocurre con algunos padres, que insisten en hablar a cada rato de sus hijos, nietos, etc. Ya abordé este tema en algún posteo, y es que es algo que no tolero bajo ninguna circunstancia. Me da rechazo y a medida que pasa el tiempo, cada vez más. Porque claro, dos días de escuchar cada pelotudez que hizo el nene es una cosa. Dos años es otra muy distinta. Primero quiero aclarar que no tengo nada contra los niños, por el contrario, tengo un sobrino hermoso de dos años y disfruto estar con él. Para mi es una de las cosas más lindas del mundo. Pero otro asunto son los padres o abuelos que se volvieron extremadamente pelotudos ya al momento de la primera ecografía, ni digamos cuando nació.
Hay padres que son personas coherentes, con una vida, que cuando le preguntás sobre sus hijos te contestan una generalidad, alguna que otra cosa específica, pero no te cuentan el pedo que se tiró el bebé, o como va a ser un Miró porque dibujó tres líneas en una hoja. Hay otros que no sólo te atestan el cerebro de anécdotas (sin sentido para uno, pues no son nuestra familia) cuando les preguntás, sino que, no contentos con ello, basta que te acerques para que te empiecen a hablar del tema. Y lo más, más odioso, es cuando imitan algo que hizo el nene. A ver, sos un boludo grande de 40 años, NO TIENE GRACIA QUE IMITES UN BALBUCEO DE TU BEBÉ. No sólo no tiene gracia, quedás todavía más pelotudo. Por el amor de dios, en un nene tiene gracia porque es chiquito y resulta simpático. VOS, imitándolo, no. Además, es gracioso para vos que lo viste, fuera de contexto y relatado pierde todo el sentido.
Encima hay gente que busca a otros que tengan niños pequeños para poder entablar una conversación sobre ellos como si ser padres o abuelos los volviera personas con algo en común. Si Hitler estuviera en el parque paseando a sus nenes, ¿le hablarías sólo por eso? Acá compadezco a la gente racional que tiene hijos, y que no se comporta como un siome. Porque deben soportar el triple de acoso que yo sólo por ser padres.
Alguien me firmó aquel posteo diciendo que en realidad lo que molesta es la monotonía temática (como esa gente que no puede parar de hablar de su pareja, sí, sí, ya lo entendimos estás suuuuuuper enamorada y tu pareja es perfecta y lo mejor del mundo), pero acá está agravada. Puedo soportar cierta reiteración temática pero en este asunto ya se vuelve insufrible. Escuchar las imitaciones que un adulto hace de un nene a cada rato y riéndose de estupideces, ah, y además diciendo lo inteligente que es el chico porque vio una lechuza y sonrió, porque vio una oveja e hizo "meee", me superan. Porque claro, todos los hijos y nietos son superdotados. Dejame de joder.
Hoy vino el nieto de una compañera de trabajo. La abuela (o sea, mi compañera) es un ser muy, muy, MUY pesado (y aclaro que esto es opinión del 90% de la oficina). Es de esas personas, como ocurre con algunos padres, que insisten en hablar a cada rato de sus hijos, nietos, etc. Ya abordé este tema en algún posteo, y es que es algo que no tolero bajo ninguna circunstancia. Me da rechazo y a medida que pasa el tiempo, cada vez más. Porque claro, dos días de escuchar cada pelotudez que hizo el nene es una cosa. Dos años es otra muy distinta. Primero quiero aclarar que no tengo nada contra los niños, por el contrario, tengo un sobrino hermoso de dos años y disfruto estar con él. Para mi es una de las cosas más lindas del mundo. Pero otro asunto son los padres o abuelos que se volvieron extremadamente pelotudos ya al momento de la primera ecografía, ni digamos cuando nació.
Hay padres que son personas coherentes, con una vida, que cuando le preguntás sobre sus hijos te contestan una generalidad, alguna que otra cosa específica, pero no te cuentan el pedo que se tiró el bebé, o como va a ser un Miró porque dibujó tres líneas en una hoja. Hay otros que no sólo te atestan el cerebro de anécdotas (sin sentido para uno, pues no son nuestra familia) cuando les preguntás, sino que, no contentos con ello, basta que te acerques para que te empiecen a hablar del tema. Y lo más, más odioso, es cuando imitan algo que hizo el nene. A ver, sos un boludo grande de 40 años, NO TIENE GRACIA QUE IMITES UN BALBUCEO DE TU BEBÉ. No sólo no tiene gracia, quedás todavía más pelotudo. Por el amor de dios, en un nene tiene gracia porque es chiquito y resulta simpático. VOS, imitándolo, no. Además, es gracioso para vos que lo viste, fuera de contexto y relatado pierde todo el sentido.
Encima hay gente que busca a otros que tengan niños pequeños para poder entablar una conversación sobre ellos como si ser padres o abuelos los volviera personas con algo en común. Si Hitler estuviera en el parque paseando a sus nenes, ¿le hablarías sólo por eso? Acá compadezco a la gente racional que tiene hijos, y que no se comporta como un siome. Porque deben soportar el triple de acoso que yo sólo por ser padres.
Alguien me firmó aquel posteo diciendo que en realidad lo que molesta es la monotonía temática (como esa gente que no puede parar de hablar de su pareja, sí, sí, ya lo entendimos estás suuuuuuper enamorada y tu pareja es perfecta y lo mejor del mundo), pero acá está agravada. Puedo soportar cierta reiteración temática pero en este asunto ya se vuelve insufrible. Escuchar las imitaciones que un adulto hace de un nene a cada rato y riéndose de estupideces, ah, y además diciendo lo inteligente que es el chico porque vio una lechuza y sonrió, porque vio una oveja e hizo "meee", me superan. Porque claro, todos los hijos y nietos son superdotados. Dejame de joder.
jueves, 1 de marzo de 2012
Abajo el optimismo, viva la queja
Uno tiene sus días de Tana Ferro. En algún post anterior mencioné ya que me siento identificada con ella (bastante seguido). Sí, me molesta la gente que siempre está feliz, de buen humor, optimista. En realidad, lo que me pasa es que me parece falso, trucho. ¿Hay alguien que de verdad siempre pueda ser positivo? Hay que ser un poco sinceros, el mundo es una bosta. Y ser excesivamente optimista me parece negar esta realidad obvia. A ver, gran parte del mundo se muere de hambre y pocos se llenan de guita de una forma bochornosa. Tienen tanta plata que jamás ni ellos, ni sus hijos, ni los hijos de sus hijos, ni los hijos de los hijos de sus hijos (y tal vez más) podrían gastar. Sin ir más lejos, hace poco fuimos testigos de un terrible accidente que podría haberse evitado con simples controles. Pero la vida a veces vale poco, muy poco.
Pero tampoco quiero ponerme dramática, ni suicida. Sin irnos a extremos o cosas radicales como la pobreza extrema de África, a veces uno sencillamente tiene días chotos, porque sí, porque los planetas se alinearon y te levantaste de malhumor. A veces te pasan cosas que no son la muerte de nadie pero te joden, es así. Y uno ni siquiera puede desahogarse, putear, ponerse triste, yo que se, algo, porque ya sos un depresivo, emo, extremista. ¡Y sí loco, cuando uno se enoja se pone extremista! La cuestión es no vivir así, pero tampoco no darse los espacios. Si querés ponerte para el orto, enojarte, hacer berrinches , llorar y decir que el mundo es una mierda (que lo es), deciloooooooo. ¿Qué pasa, es obligación siempre andar con una sonrisita y decir "che pero que suerte que tengo que salgo a la calle y no me cae un piano en la cabeza"? Mejor regodearse un rato en la autocompasión y después listo, seguir adelante. ¿Quién no necesita esos momentos de angustia existencial al pedo?
Reitero, creo que es evidente que en el mundo pasan cosas terribles que a muchos de nosotros, por suerte, no nos tocó vivir, y hay que valorar eso, es importante. ¡Pero por el amor de dios si quiero un día estar molesta y que todo me parezca una cagada déjenme!
Si alguien quiere quejarse un rato porque se rompió una pierna aunque no se quedó cuadripléjico, ¡déjenlo!. Sí, ya lo sabemos, la vida siempre puede ser un poco peor.
Eso sí, no nos vayamos al extremo y nos quejemos todo el tiempo porque eso todavía es más insoportable que la falsa alegría constante. Sí, existen términos medios.
miércoles, 22 de febrero de 2012
Las relaciones en la hiperconectividad
Bueno, como todos sabemos hace poco fue San Valentín, lo cual me inspiró alguna que otra reflexión acerca de las relaciones amorosas s.XXI. Y yo digo, qué difícil era el asunto antes. Nosotros (o sea, mi generación, los que hoy en día tenemos veintipico) lo experimentamos apenas. Porque claro, hoy en día invitar a salir a alguien es muy fácil, o por facebook, o por msn, o por mensajito, whatsapp, chat de blackberry, etc. Digamos, no hay que poner la jeta ni bancarse el desprecio en vivo (ni siquiera percibirlo en el tono de voz). Ahora por ahí pegás alguna onda y ya da, aunque la otra persona no tenga interés alguno en vos, para tirar un "¿che y tenés face?", "¿tenés msn?"...y después invitás a salir por ahí. Es más, sino te animás a pedírselo, hasta podés buscarla por face, lo más probable es que la encuentres. Antes, en el mejor de los casos, tenías que pedirle el teléfono, si tenías suerte, el celular. Lo cual implicaba tener que llamar después para invitar a salir...y lo peor del mundo era llamar a una casa y que te atienda algún familiar. Horrible. Encima, todo muy instántaneo...tenías que tener en mente todos los días que podías salir por si la otra persona no podía el día que mejor te quedaba a vos. Porque la verdad no da estar al teléfono un minuto "ehhhhh...ahhhh...ehh..." dudando. Y como soy yo hasta podía pasarte quedar un día y después acordarte que tenías alguna clase o compromiso previo. ¡Con el esfuerzo que era llamar, tener que llamar de nuevo para cambiar el día...! Pero claro, nosotros asistimos al comienzo del msn, y empezamos a salir cuando ya existía, en general. Todavía podías tener que pasar por esa hermosa situación porque la otra persona (como me ha ocurrido) no se conectara con frecuencia, o uno no pudiera (tengamos en cuenta que hoy en día está completamente generalizada la banda ancha, mientras que nuestra generación sufrió el dial-up).
¡Ni quiero imaginarme lo que era cuando no existían los teléfonos!
Lo que sí, creo que esta situación genera que se pierda un poco el romanticismo...ahora con la hiperconectividad hablás todo el día por whatsapp y ya está, si estás hablando con esa asiduidad, la invitación a salir llega sola, casi sin esfuerzo. Le quita un poco el misterio. Pero, seamos sinceros, a los miedosos e inseguros nos viene viento en popa.
¡Ni quiero imaginarme lo que era cuando no existían los teléfonos!
Lo que sí, creo que esta situación genera que se pierda un poco el romanticismo...ahora con la hiperconectividad hablás todo el día por whatsapp y ya está, si estás hablando con esa asiduidad, la invitación a salir llega sola, casi sin esfuerzo. Le quita un poco el misterio. Pero, seamos sinceros, a los miedosos e inseguros nos viene viento en popa.
lunes, 13 de febrero de 2012
Conclusiones
Hoy, después de pasarme un rato considerable escuchando Viejas Locas, Jóvenes Pordioseros y La 25 para preparar mi tema de final de Seminario de Cultura Popular y Masiva, puedo decir definitivamente, sin ningún lugar a dudas, que no soporto el rock chabón. Genera, a la vez, instintos suicidas y asesinos en mí.
miércoles, 8 de febrero de 2012
La vejez
En el momento que te encontrás a vos misma hablando con alguien, diciendo "la coca de vidrio chiquita antes salía 50 CENTAVOS", "boluda, dos pesos te duraban banda, ibas al kiosco y era una fiesta", "los chicles salían 5 centavos"...te das cuenta que envejeciste.
Y bueno, al fin y al cabo conocí el dial-up, el casette, el walkman, el discman...
Horror...
los años pasan, sí.
Y bueno, al fin y al cabo conocí el dial-up, el casette, el walkman, el discman...
Horror...
los años pasan, sí.
lunes, 6 de febrero de 2012
SAY NO MORE
Ya está, basta. BASTA.
Me harté.
Me harrrrteeee del calor. No, de verdad, es insoportable esto. Si fuera un calor seco, todavía. Pero no, húmedo y asqueroso. Salís a la calle y sólo de estar parada traspirás. Ni hablemos de lo que es tomarse el subte.
Y todavía hay gente loca, nefasta, deforrrrme, a la cual (con todo el amor del mundo) NO ENTIENDO, a la que le gusta esta tortura infernal. Sí, sí, les gusta salir a la calle y sentir que sus pies se incineran por el calor que irradia el asfalto. Les gusta tener que bañarse 35 veces al día y así y todo sentirse pegoteado. Seamos sinceros, NO SE PUEDE RESPIRAR. Todo bien con la primavera, todo bien con el calorcito normal que te da ganas de tomarte una cervecita en la vereda, lo banco...pero ¿ÉSTO? Es obsceno.
Por favor, unámonos todos y hagamos una gran danza del refresque.
Me harté.
Me harrrrteeee del calor. No, de verdad, es insoportable esto. Si fuera un calor seco, todavía. Pero no, húmedo y asqueroso. Salís a la calle y sólo de estar parada traspirás. Ni hablemos de lo que es tomarse el subte.
Y todavía hay gente loca, nefasta, deforrrrme, a la cual (con todo el amor del mundo) NO ENTIENDO, a la que le gusta esta tortura infernal. Sí, sí, les gusta salir a la calle y sentir que sus pies se incineran por el calor que irradia el asfalto. Les gusta tener que bañarse 35 veces al día y así y todo sentirse pegoteado. Seamos sinceros, NO SE PUEDE RESPIRAR. Todo bien con la primavera, todo bien con el calorcito normal que te da ganas de tomarte una cervecita en la vereda, lo banco...pero ¿ÉSTO? Es obsceno.
Por favor, unámonos todos y hagamos una gran danza del refresque.
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