miércoles, 17 de noviembre de 2010

Bizarren

Yo sigo con mis sueños extraños.

Soñé que estaba con unas amigas, nos ibamos a tomar un colectivo y cuando estábamos subiendo veiamos que estaban dos flacos todos musculosos robando. Pero era medio raro, porque estaban en el espacio ese para discapacitados robándole a dos pibas. El resto de la gente del bondi no hacía nada, ni tampoco el colectivero, pese a que era muy obvia la situación. Entonces yo decía "nah, mirá si van a estar robando en serio, alguien haría algo". Cuestión que subimos al bondi y sí, estaban robando en serio porque al toque vinieron a robarnos. Mis amigas les daban los celulares y venía uno a robármelo a mí y yo le decía "no, ni ahí te lo doy", el chabón insistía y yo: "pero ni en pedo te lo doy, está lleno de gente acá, mirá si me vas a robar". Entonces me bajaba. El tipo me seguía. Y ahí estaba yo, de noche en la calle y el tipo queriéndome robar. Al final lo empujé y salí corriendo. Entonces llegué a una avenida esperando que pasara un taxi salvador. Todos ocupados (típico cuando más los necesitás). En eso paró uno porque justo se bajaba alguien. Me subía y no sé porqué me sentaba en el asiento delantero. Asique me ponía a hablar con el señor tachero, le contaba que me habían querido robar, blahblah. Bueno, le decìa para dónde iba pero antes de llegar exactamente me decía que me podía llevar hasta ahí (igual ya estabamos en la zona) porque tenía que buscar a su hija en una fiestita. Entonces me bajaba con él y era una calle cortada, la única manera de cruzarla era a través del salón donde estaba la hija del tachero. Yo entraba, preguntaba dónde estaba la puerta de salida al otro lado e iba hacia ella. Cuando la abría y pasaba al otro lado salía a otro mundo (tipo Las crónicas de Narnia). Empezaba a caminar por ahí, estaba nevado y era de día y de repente aparecía un tipo a caballo y me hablaba, no sé de qué, pero mientras me hablaba el caballo giraba en el aire, como si tal cosa. En eso aparecía de nuevo en la esquina del robo y era otra vez de noche. Cruzaba la calle hacia el bar de enfrente y entraba, me encontraba con unos amigos y me ponía a mirar hacia la ya mencionada esquina. Ahí veía al tipo que me había querido robar y me daba cuenta que era un neonazi. De a poco empezaban a aparecer más y más neonazis, por alguna razón se estaban congregando en esa esquina, y también en el bar que me encontraba yo, por cierto. De repente todos empezaban a marchar hacia no sé dónde pero pasaban por donde estaba yo, iban cantando canciones del tipo nazi y todos se sacaban las remeras. Yo me escondía para que el neonazi ladrón no me viera. Y estaba en eso cuando me desperté.

De esto pude rescatar: uno, que estoy enferma; dos que hay una gran cantidad de restos diurnos que pude identificar condensados y sublimados. Los tipos musculosos son porque el otro día me crucé dos así, bien machotes pero de la mano, lo de neonazis porque volví a ver Inglorious basterds, lo del robo porque venía hablando de eso la tarde anterior (de los robos, y, además, por mis ganas de que el celular nuevo me dure más de tres meses), lo de la puerta porque pasé haciendo zapping por, justamente, Las crónicas de Narnia.

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