domingo, 17 de noviembre de 2013

Domingo a la mañana


A veces me pasa que miro para atrás y siento que fui muchas personas diferentes, que cada etapa de mi vida (que ya llegó al cuarto de siglo) fui alguien distinto.  Por ejemplo, leo cosas que escribí hace dos años y en algunas me reconozco y, en otras, para nada. No sé si es bueno o malo. Es.

Hoy me parece que siento completamente distinto, que veo completamente distinto. Pero,a veces, de repente, me vuelvo a sentir como hace diez años. Tal vez tengo un principio de esquizofrenia. Tal vez algo más sencillo que eso, que aún me cuesta explicar. Y, además, hay cosas que no todos entienden. A ver, no es que yo me crea súper especial e incomprendida, no, para nada. Pero hay gente que comparte tus modos de ver la vida y gente que no. Y hay cosas que sino las compartís, si vos no las sentís así, son difíciles de entender, ¿no?

Me doy cuenta mientras escribo esto que estoy horriblemente oxidada con la escritura gracias a la bendita facultad, que me succiona la existencia. Además, cuando estoy así de pensativa me cuesta volcar la marea de reflexiones que pasan por mi cerebro en un teclado. En un intento de clarificarme recurro a este espacio que siempre fue como un oasis para mí. En definitiva, siempre me sirvió para hacer algo interesante de todas las cosas que me pasaban (ay, si lo hubiera tenido hace diez años...). Ahora, mientras escribía esto, me percaté de una cosa. Aunque las personas cambien, maduren, conozcan gente y cosas nuevas que le abran la percepción a nuevas experiencias, aunque evolucionen (y, en algunos casos, involucionen), la esencia de las personas, creo, nunca cambia. En mi caso, aunque ahora sea una persona mucho más positiva (lo que no es decir demasiado, porque antes era la negatividad hecha ser), aunque disfrute sobremanera reír y divertirme, en mi esencia sigo siendo una persona melancólica y muy, muy, reflexiva. Hay que decir que eso tiene muchos contras, pero espero que al final resulte que en el balance me dé un superávit (qué metáfora horrorosa). Para decirlo de una manera más poética, espero, espero tanto, con ansias, que en algún momento de mi vida esa esencia me sirva para escribir algo especial. Quiero, y ahora lo veo con claridad, más que nada, dejar la huella en alguien que tantos escritores dejaron en mí y quiero que eso sea algo que no pueda ponerse en palabras, que sólo pueda sentirse.

2 comentarios:

  1. :) for what is worth... me hiciste sonreir de una manera complice con ese sentimiento q invade a veces.. ese q se comprende sin palabras .. Valentina (esto porq es la primare vez q comento algo en un blog je :) )

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