lunes, 9 de agosto de 2010

Comienza la batalla

Los mocos avanzan.

Primero tomaron la nariz, lo más visible. Eso produjo un efecto notorio al resto del rostro. Un ojo me llora, pero no los dos aún, uno sólo. Es notable, mis congestiones suelen comenzar por el lado derecho de la cara.

Pero lo peor es lo que está ocurriendo lentamente...empezaron a ascender, a buscar más espacio, un lugar más mullido tal vez. Y así llegaron al cerebro. El lado derecho casi no existe ya y presiento que en aproximadamente tres horas, el izquierdo se anulará también.

El resultado es una dificultad creciente en la coordinación de movimientos, una incapacidad de producir ideas coherentes-ni digamos formularlas- y miradas ausentes al estilo de rumiante viendo pasar un tren. Sólo Dios-y quizás Perón- saben cómo acabará esto.

1 comentario:

  1. Ni dios existe ni peron podra del mas halla..sabelo!capaz que un budu, la medicina alternativa o un medico te puedan a yudar...reza para otro lado, si te animas!

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