Cóctel cumbiointelectual

Después de un teórico de Seminario de cultura popular y masiva me retiré de mi amada Facultad de Sociales para emprender el regreso a casa. Me tomé el 65. Por suerte, un asiento vacío. Pelo los auriculares, prendo mi celular que hace las veces de reproductor de música y saco el libro. Puse un tema de cumbia. Sí, de cumbia. Aclaro lo de un tema porque no es que me puse a escuchar la selección de los 100 mejores temas de cumbia sino uno que tenía por ahí suelto -esto no porque me avergüence sino porque pecaría de excesivamente careta-. Me di cuenta la genialidad de salir de una clase de cultura popular masiva y ponerme a escuchar cumbia, nunca más acorde. Pero lo aún mejor fue darme cuenta que estaba leyendo Cortázar al son de "ella no duermeee, no sale, no come, no ríe, no dice nadaaaa". Sí, es posible, Cortázar y cumbia. Viva las contradicciones. Viva el original. Viva Cortázar (y el obvio VIVA P...lo dejo para que lo complete mi querida sardina).

La venganza de los objetos inanimados

Seamos sinceros, a todos nos pasó. Misteriosamente, nos desaparecen cosas. No sabemos a dónde van, si a un limbo junto a los personajes de Lost, a la estratósfera o al inframundo. En un principio un poco me desesperaba, ahora me resigné. Por ejemplo, yo tengo una facilidad increible para perder atados de cigarrillos. Ésto, en el último tiempo, porque antes no me pasaba. Los pierdo en casa, en casas ajenas, en bares, en el bondi. No sé, pero los pierdo. Lo rídiculo es que casi no fumo pero termino invirtiendo un presupuesto de fumadora constante.
La otra son las medias, cosa sabida ya. Las medias o se fagocitan a sí mismas, se las traga el lavarropas o se esconden por los rincones. La cosa es que siempre tenemos medias sueltas de distintos pares.
De tanto en tanto perdemos alguna prenda por la vida, que se nos cae en el subte, en la vereda...y en el trajín -una término muy moderno, como verán- no nos damos cuenta hasta dos hs después. Este fue el caso de mi querida amiga Agus, Chu, Chukiut, como quieran decirle- a la que por cierto, debo el título de este posteo-. Está muy mortificada por la pérdida de su bufanda preferida -cuya foto agregamos al comienzo-, asique ofrecemos recompensa a quienquiera que posea alguna información sobre su paradero.
¡TODOS POR LA BUFANDA DE AGUS, VAMOS QUE JUNTOS PODEMOS!

Comienza la batalla

Los mocos avanzan.

Primero tomaron la nariz, lo más visible. Eso produjo un efecto notorio al resto del rostro. Un ojo me llora, pero no los dos aún, uno sólo. Es notable, mis congestiones suelen comenzar por el lado derecho de la cara.

Pero lo peor es lo que está ocurriendo lentamente...empezaron a ascender, a buscar más espacio, un lugar más mullido tal vez. Y así llegaron al cerebro. El lado derecho casi no existe ya y presiento que en aproximadamente tres horas, el izquierdo se anulará también.

El resultado es una dificultad creciente en la coordinación de movimientos, una incapacidad de producir ideas coherentes-ni digamos formularlas- y miradas ausentes al estilo de rumiante viendo pasar un tren. Sólo Dios-y quizás Perón- saben cómo acabará esto.

Horizontalidad

Los fines de semana pareciera que el centro de gravedad es la cama. Te tira con una fuerza sobrenatural que se vuelve casi imposible de vencer.