martes, 22 de marzo de 2011

Girls & Boys

El otro día (con toda la amplitud temporal que nos ofrece esa expresión) estuvimos meditando con Santi, mi hermano -por cierto, qué difícil es no escribir "hno", maldito msn, malditos celulares- sobre las relaciones humanas. Más precisamente, sobre las relaciones de parejas.
Llegamos a estas conclusiones, que pueden no ser de gran exactitud dado a la movilidad social, y a la cada vez más frecuente "feminización" -¿existe ese término?- de los hombres, cada vez más tendientes al histerismo.

Existen algunas diferencias entre hombres y mujeres, y acá aclaremos que a veces estas diferencias pueden darse en relaciones mujer-mujer -y hablo de esto porque lo conozco, ya que desconozco las dinámicas hombre-hombre.-
Vale decir, que una de las dos mujeres sea más propensa a la forma de reaccionar de los hombres, sin que tenga nada que ver su apariencia física.
Tenemos, por ejemplo, la obvia diferencia del habla. Los hombres no buscan hablar de sus sentimientos y problemas, tienden a la autoresolución, o a no querer mostrarse débiles o que, simplemente no deseen compartir sus miedos, pánicos, angustias. En cambio, la mujer SIEMPRE quiere hablar. Si hay un problema en la relación, no importa dónde ni cuándo, pero lo va a decir. No, no, la mujer no espera llegar a casa para hablar de algo que pasó antes. No señor, en el preciso momento que lo percibe debe verbalizarlo. Y no se confundan, esto no refiere necesariamente a la voluntad de "hacer una escena", a veces no se quiere eso, pero se prefiere a postergar el asunto.
Segunda diferencia, el hombre SIEMPRE quiere coger. No importa si algo está mal, no va a dejar de hacerlo por eso. En todo caso, después del sexo toma la decisión que debe tomar. Si cree que todo va muy rápido, va a expresarlo luego, siempre luego, del acto sexual. Nunca ocurrirá que si la mujer lo busca el hombre diga NO. En cambio la mujer es más propensa al no si hay algo que no va de la forma que ella desee -en las sociedades siglo XXI esto parece estar alterándose de a poco, con una tendencia cada vez mayor al SI de las mujeres-. A su vez, si ha habido una pelea-pelea cercana a la separación, no cualquier pelea-, la mujer será más propensa a la negación, por un lado para hacerse valer y, por otro, porque seguramente se encuentra sensible.
Finalmente-al menos por hoy-, está la clara diferencia de que la mujer ante una discusión o diferencia con su pareja, recurrirá a amigas, compañeras, etc. para constatar que ella está en lo correcto, y buscar la aprobación y solidaridad de sus congéneres. El hombre, por su parte, siempre está seguro de estar en lo correcto, y si lo duda, tampoco le importa.

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