Es así chicos, las malas nuevas vienen siempre de a dos-en el mejor de los casos-. Ponele, te puede pasar que un día te roben la billetera con todas las tarjetas recién hechas porque hace tres semanas te habían robado y que, además, se te rompa el lente de la cámara. O también te puede pasar que te caguen el pase a asesoría jurídica y después le roben todo en el departamento a tu abuela. Que se yo, cosas que te pueden pasar un viernes. Y además, si le sumás a eso un par de peleas ahí siiii ¡cartón lleno, querida! Obviamente, todo esto acompañado de un GRAN ataque de histeria. Y bueno, debe ser una cuestión de equilibrio cósmico, calculo. A mi generalmente se me da así, van unas semanas bien, con buenas noticias -esto, claro, hablando de los sucesos extraordinarios que le acontecen a uno, sucesos extraordinarios buenos o malos, no nos referimos a lo normal de la vida- y de repente, patapúfete, te cae un meteorito malo, bueno no sé qué meteorito puede ser bueno, capaz si sos Superman. Te hace pensar si no será preferible que no te pase nada extraordinariamente bueno porque, no sé, el día que te pase algo tan bueno que no lo puedas creer, ahí agarrate catalina, porque se te viene la hecatombe. No se si el equilibrio cósmico en relación a mí tiene que ver sólo conmigo, o también con el entorno. Por ejemplo si si a mi hermano le empieza a salir todo mal, a mi me empezará a salir bien porque es una cuestión distributiva en la familia. En ese caso se complica, porque el éxito de uno implica el fracaso del otro...Mejor elijamos la versión de "son rachas", que no sé si me sirve para algo, pero qué se le va a hacer
Bueno seguiremos esperando que la buena suerte que tuve en algunos aspectos se traslade a los otros, en los que la mala suerte ya es irrisoria, áreas que están rozando el patetismo, diría. Mientras tanto, sigo practicando la actitud tomada recientemente de mirar el vaso medio lleno y cagarse en los cataclismos cósmicos que puedan ocurrir.
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