-emocionarte porque te dieron una sartén en la que no se pega nada
-saber a cuánto está el dólar y especular con cuándo comprar
-mirar la heladera y encandilarte. Acto seguido pensar, “que copado tener una heladera que es el opuesto al horror vacui”
-pensar que hacés con respecto al seguro social si te vas a vivir a otro país
-que te encante la lluvia pero al tercer día pensar “si sigue lloviendo no puedo lavar ropa” –esto considerando que ya te estás por quedar sin ropa limpia-
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