domingo, 27 de mayo de 2012

La publicidad y nosotras

Calculo que nadie va a leer este post, como me imagino que cada vez menos gente va a leer cualquier post porque asumo que cada vez menos gente va a leer blogs. Supongo que en breves sólo se leerán tweets que, claro, son más breves y dinámicos. Y el que todavía mantiene esta ya arcaica práctica del blog seguramente está más interesado en escribir el suyo que en leer ajenos. También sé que seguramente algunos blogs sí son leidos y comentados pero ya estoy resignándome a que jamás va a ser el caso del mío. Será que soy un alma incomprendida o que sencillamente soy menos interesante y original de lo que creo. Pero lo mismo lo voy a seguir escribiendo, al menos hasta que alguna editorial copada publique algún libro mío (cosa que, si sucede, es probable que esté muy lejana, no voy a pecar de ególatra), porque siempre me caractericé por una cosa: mi perseverancia. Y acá estoy, perseverando, porque en el fondo escribir, aunque nadie me lea, me hace feliz. Qué se le va a hacer.

Después de esta reflexión, paso al tema que me compete, es decir, el machismo en las publicidades. Me doy cuenta que con este post voy a quedar como torta resentida/feminista loca/mini Violencia Rivas pero la verdad que me pone un poco frenética la insistencia en ciertos estereotipos y la recurrencia temática de algunos creativos. Ojo, en los últimos años hubo (y hay) muchas publicidades que me gustaron y me parecen muy buenas, por tanto, creo que hay muchos creativos que la tienen realmente clara. Otros (o los mismos, quién sabe), no. A ver, no sé si es que no la tienen clara, o sencillamente que son formas y conceptos que venden o siguen indicaciones de las empresas. Seguramente mucho de esto está estudiado y sirve, pero creo que podrían buscar cierta altura en sus productos y tratar de no caer una y otra vez en la misma boludez.
Por un lado tenemos las infaltables publicidades de productos de limpieza. Lo que no entiendo es seguir dirigiéndose al mismo target de la misma forma cuando la sociedad claramente cambió. Es evidente que las mujeres ya no viven para dedicarse el día entero a la casa, que los hogares no están formados de la misma manera, etc. ¿Por qué insisten en mostrarnos como boludas que nos morimos por un jabón en polvo que nos deje la ropa más blanca y por un detergente que que deje los platos menos grasosos?¿Por qué pretenden que los hombres no lavan los platos, no ponene el lavarropas, no cocinan? Si ya sabemos que sí lo hacen. Calculo que a la mayoría de las mujeres de hoy en día no les haría gracia que su pareja pretenda que ella haga todo lo que a tareas del hogar se refiere. Yo por mi parte, lo sacaría cagando.
Por otro lado tenemos la parva de publicidades al estilo Axe, donde las mujeres caen todas rendidas ante algún pánfilo que sólo quiere acostarse con ellas. No quiero explayarme demasiado porque es obvio que todas estas publicidades objetualizan (¿existe la palabra?) a la mujer de una forma de lo más burda. Ni siquiera entiendo bien el sentido de publicidades así, que en definitiva terminan siendo indiferenciables. Repongo ejemplos:





(me gusta la idea del pacman pero sigue estando el concepto de las mujeres hermosas persiguiendo al hombre)

Hay uno que no encuentro que creo era de Santander Rio (que suele tener publicidades que me gustan) que era más sutil en esto de los estereotipos, pero hasta ahí: primero mostraba un hombre regando el pasto que decía algo así como "mi mujer se fue al cine y bueno, acá estoy, regando". O sea, no hay forma de que él porque, claro, es hombre, se ocupe de una tarea tan nimia sino porque su mujer se fue. A continuación o en otro spot, no recuerdo, salían algunas mujeres charlando, una contaba que había ido a la peluquería y blahblah y después decía que se iban a cenar porque tenúian descuento y a hablar de "maridos". Vale decir, las mujeres no tenemos nada más intweresante que hablar que de la peluquería y de los maridos, que evidentemente son el centro de nuestras vidas. Yo entiendo que los estereotipos sirven para comunicar en poco tiempo ideas, que queden claras y peguen. Pero aflojemos un poco con estos estereotipos obvios y que ya cansan y no tienen gracia.
Tampoco se quedan atrás las de toallitas y de productos tipo "Activia" en las cuales ya quedamos como taradas absolutas preocupadas por no mancharnos y como histéricas bipolares que nos ponemos como locas y de malhumor cuando nos viene o cuando estamos con tránsito lento (porque evidentemente todas las mujeres tenemos tránsito lento).
Comparto dos videos de Malena Pichot al respecto y me retiro, gracias totales.



miércoles, 2 de mayo de 2012

Es DESAGRADABLE



Digo yo, ¿qué necesidad?¿qué necesidad podés tener de decirme algo tan desagradable en la calle? ¿No podés decirme algo un poco más respetuoso que "que chupada de con**/&/(Y78  que te daría"? Digo, ¿no puedo llegar a mi clase de yoga sin tener a un desubicado que me diga eso, cuando encima estoy con la ropa menos sexy posible?¿Hace falta?¿te sentís más hombre? Todas nos preguntamos lo mismo, por eso cito a Malena Pichot que tan bien refleja nuestro sentir en este video. Por favor, señor desagradable, decirme cosas tan ordinarias ni me hace sentir mejor ni te hace más macho. Te hace sencillamente un boludo asqueroso al cual no tocaría ni con un puntero láser.